viernes, 24 de septiembre de 2010

En Ex, Todos tenemos uno, se da una peculiar visión de las historias de amor que estamos acostumbrados a ver en la gran pantalla. Es precisamente donde terminan esas películas donde empieza Ex.
El final de las lacrimógenas comedias románticas suele ser un beso de película, una declaración de amor… Pues bien, ese final es el principio de Ex: besos de varias parejas y una promesa de amor eterno.
Pero, ¿qué pasa después? ¿Realmente las parejas viven felices para siempre como en un cuento de hadas? Este es precisamente el tema del que habla Ex, partiendo de las historias de seis parejas.
Filippo y Caterina, que están sumergidos en pleno divorcio, luchan por “no” ganar la custodia de sus hijos (muy al contrario de lo que sucede normalmente); Luca y Loredana, también en pleno divorcio están inmersos en una auténtica batalla. Luca, decidido a ser joven de nuevo a los 50, se instala en el piso de soltero de su hijo.
Sergio, un divorciado mujeriego como no hay otro tiene que enfrentarse a la educación de sus dos hijas adolescentes debido a la muerte de su ex mujer; Elisa, que está a punto de casarse con Corrado, comprueba cómo la vida da giros inesperados al reencotrarse con un viejo amor: el padre Lorenzo, el sacerdote que va a oficiar la boda.
Giulia vive con Marc en París, pero tiene que irse a Nueva Zelanda por motivos laborales, con lo que su relación pasa a ser a distancia, algo no tan fácil de llevar. Paolo, que mantiene una relación con Monique, es amenazado continuamente por su ex novio, Davide, que está dispuesto a reconquistarla y no se rinde nunca.
A partir del guión original de Fausto Brizzi, Marco Martani y Massimiliano Bruno, se ha publicado una novela, en la que se habla de estas historias sucedidas entre el día de Navidad y el Día de los Enamorados. Una película que nos habla del amor y el desamor, y de lo complejas que a veces se vuelven las relaciones.

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